Estoy todavía a un mes de ser libre nuevamente, o al menos de iniciar la rehabilitación, dicen que el dia que me vuelva a subir a la bici me va a dar miedo, yo no lo creo, ya me muero por salir.
Irónicamente en cuanto a la bici se trata siempre he sido muy cuidadoso y hasta cierto punto miedoso en condiciones que según yo considero arriesgadas, como bajar una pendiente a mas de 60 km/h o ser extremadamente precavido al ir en medio del tráfico, y la forma en que me lastimé fué todo lo contrario, a 10k/h en una banqueta…ni siquiera es una historia digna de contar a mis nietos, hasta pena da.
Estos dias por azar o coincidencia me he topado con varias historias de personas ejemplares que no se detienen ante verdaderos retos. Por ejemplo, en el libro de Natural Born Heroes conocí la historia de Lisa Potts, quien utilizó sus brazos como arma y escudo para defender a sus alumnos de un esquizofrénico que los atacaba con un machete hasta derribarlo.
En el deporte hay muchos casos de personas que en diferentes circunstancias manera han tenido lesiones permanentes que para la mayoría de la población sería sinónimo de detenerse y cambiar de rumbo, pero hay un grupo muy especial que toma estas «tragedias» como meros tropiezos y oportunidades de volver a empezar.
En México tenemos grandes ejemplos de este tipo de personas, pero el que esta semana me sorprendió fué Martyn Ashton, un magnífico ciclista de trial, quien hace un par de años perdió la movilidad en ambas piernas. Muchos creerían que nunca volvería a subir a una bici normal, mucho menos en un sendero lleno de rocas, pero gracias a la actitud y ayuda de sus amigos, lo volvió a hacer.
Antes del accidente
Después
¿Y a que voy con todo esto? En que me doy cuenta de 2 cosas importantes: Una es recordar que a final de cuentas, sin importar lo que te pase lo único que te puede sacar o te puede hundir es la actitud. Y la otra, si quieres hacer algo, hazlo sin miedo, lánzate y arriesga todo.
Desde que soy padre es mas difícil pensar y actuar así, pero a final de cuentas son 2 de las lecciones mas importantes que pienso transmitirle a mi hija, porque cada año que pasa estoy mas convencido que de nada sirve vivir una vida «segura» si al final de esta te quedaste con ganas de probar y con una lista interminable de «hubieras».
Nunca he leído o conocido a alguien que haya llegado a la edad madura como una persona exitosa y con tranquilidad para el resto de su vida que no haya tenido problemas, miedo, etapas de escasez, deudas, dudas y todos los pretextos para frenarse. Por el contrario, entre mas te arriesgas mas obstáculos te buscas de a gratis, pero nada se compara con la satisfacción de irlos superando uno a uno.
Pero de algo estoy seguro, cuando haces lo que te gusta, pase lo que pase, siempre ganarás algo que pocos tienen la curiosidad de buscar: sabiduría.
Mikke