Tan pronto como terminé de rodar el dia 1 empecé a rehidratarme y alimentarme sin delicadeza alguna para recuperar energía, y es que terminé con tanta hambre que si hubiera podido me comía una pizza entera en solo unos minutos.
Después de descansar un poco por la tarde y comer procedió la junta del dia 2, en el que se tocaron temas muy interesantes como hidratación y alimentación de alto rendimiento. Me sirvió mucho el escuchar los diferentes puntos de vista, así como las sugerencias de los coaches Sway y Chuck que dirigían el camp, creo que fué una emoción muy grata ya que no solo estaba viviendo esto como alumno, sino como aprendiz de coach.
Después de platicar y acordar el dia siguiente fuimos a dormir ya que tocaba arrancar temprano. La noche pasó demasiado rápido y sentí que apenas me había acostado a dormir cuando ya estábamos nuevamente preparándonos para salir. Poco ántes de las 6am ya estábamos desayunando y alistando las bicis con la respectiva nutrición para los 200K que nos esperaban. La mayor sorpresa fué el clima bastante frío con el que había amanecido, si bien Florida me había demostrado que puede ser extremista e impredecible hace unos meses, en esta ocasión hizo gala de sus cambios drásticos, después de un dia cálido y lluvioso ahora nos mostraba un dia claro pero muy frio.

De pronto ya estábamos todos fuera listos para arrancar, cuando prendo mi computadora de la bici para ver que tiene 0% de batería!!! No puede ser, se quedó toda la noche conectada! Me bajo de la bici y entro corriendo a la casa por el cargador portatil, afortunádamente tenía carga suficiente aún.
Si de por sí ya me sentía incómodo rodando con tantas capas de ropa, se vuelve peor ahora que tengo que acomodar la computadora, el cable y la batería en las bolsas para que vaya cargando. Llegó el momento de comenzar.
Como era de esperarse comenzamos rodando en línea mientras salíamos de la ciudad y empezábamos a agarrar nuestro ritmo, todo iba bien hasta que una de las compañeras 2 lugares adelante de mi pierde el equilibrio y se cae sobre la banqueta, afortunadamente no paso nada grave, pero si fué lo suficientemente fuerte el golpe para dejarla fuera del entrenamiento ese día. Después de unos minutos retomamos la rodada y apenas cruzamos la siguiente avenida se empieza a perder la formación. Soy de los primeros en comenzar los rebases hasta quedar en la punta, sabía que no iba a durar mucho ahí pero al menos me servía para entrar en calor. Un par de minutos después me pasan los 2 que estaba seguro que iban a ir de punteros, aunque podía mantenerles el paso decido soltarme e ir a mi ritmo, mi estrategia de este fin de semana es ir cómodo y disfrutar el recorrido. Pasaron los kilómetros y para cuando voltee hacia atrás veo que ya nadie me sigue de cerca, nuevamente estoy solo con mi mente y mi estrategia, aún no llegaba ni al Km. 30.
Ya estando fuera de la civilización se comienzan a sentir vientos cada vez mas fuertes, con la chamarra que traía es incómodo ir en posición aero por lo que la resistencia del aire se siente bastante. No queda más que hacer el cambio a una relación mas suave y sacrificar algo de velocidad para mantener la cadencia y evitar desgastar las piernas tan pronto. Aquí viví otra experiencia «nueva» y es que además de ir luchando contra el viento cruzado tenía que ir soportando las corrientes que dejaban los carros cada que pasaban a un lado en ambos sentidos, llegó un momento en el que iba entrando a una curva cuando un trailer en el carril contrario lo iba a haciendo también, de pronto siento un viento frontal tan fuerte que prácticamente me detuvo de golpe, aún no terminaba de reaccionar cuando el «remolino» que dejó el trailer me «suelta» nuevamente y ahora me impulsa hacia adelante a toda velocidad!! Si, sé que suena mas peligroso de lo que fué, pero nunca me había pasado algo así y me dió una subida de adrenalina que me ayudó a recuperarme un poco.
Después de varias horas y una parada de emergencia por un hambre terrible que fué calmada con un pan con mantequilla de cacahuate, el sol comenzó a salir nuevamente y el calor se hizo presente, comienzo a sentirme cansado y empiezo a desear encontrar a alguno de los escoltas para poder dejarle mi chamarra y refrescarme un poco. Sé que se acerca el tramo mas difícil con subidas a las que muchos le temen, no les tengo tanto miedo ya que estoy acostumbrado a eso cada fin de semana, pero ya con mas de 100 Km. encima se puede volver cosa seria. De pronto llegó una sensación drástica de pesadez, así es, ponchadura.

Lo tomé como un break y me orillé en una casa para proceder al cambio, ahí noté que en realidad tenía 2 pinchazos, uno por un pequeño alambre y otro por una enorme grapa, al igual que en Cozumel, llego a la conclusión de que estuve rodando un rato con baja presión por el primer pinchazo y que la grapa vino a dar el tiro de gracia para detener mi sufrimiento. Ya que había hecho todo el cambio y después de ver pasar a casi todos los atletas para dejarme hasta atrás me alcanza el último de los escoltas y se baja a ayudarme a inflar la llanta, apenas conecta la bomba lo hace con un movimiento brusco que rompe la única extensión de válvula que tenía!!! Ya valió, pensé, me doy cuenta que una extensión de válvula es

una refacción que no es regular que alguien cargue. Después de analizar las diferentes opciones decidimos que me lleve con otro de los carros, el cual tiene la bici de la persona que se cayó en la mañana y así tomar su rueda prestada.
Desafortunádamente los pasos no eran compatibles, pero me emociono al ver que su llanta delantera traía una extensión como la que necesitaba, la tomo prestada, inflamos la llanta y arranco nuevamente. Como me adelantaron algunos kilómetros decidí que iba a dar 2 vueltas al circuito de subidas extremas, me emociono y lloro un poco al mismo tiempo imaginando lo que venía. Al subir cada pendiente veo que tienen inclinaciones similares o menores a las que estoy acostumbrado, quizás sea el cansancio y la pérdida de ritmo lo que hace que se sientan mucho peor, cuando de pronto llego a la mítica «Sugar Loaf», una subida de 800 m. con una inclinación de 15%, una verdadera quema piernas, la subo con dolor y gozo a la vez, para llegar a la cima y encontrar a Sway, la mera mera, y me pregunta si quiero hacerlo nuevamente. Mas tardó en proponerlo que en lo que ya estaba dando vuelta en U para bajar y hacerlo nuevamente. En la bajada veo a una compañera de rodada que va subiendo en zig zag y sufriendo, me propongo a alcanzarla, y así con todo el ardor en las piernas, comienzo a subir a la mayor velocidad posible, las piernas me queman, siento los latidos del corazón en los oídos y el sudor me nubla la vista, con una sonrisa gigante llego nuevamente arriba unos metros antes que ella, mientras me dice que estoy loco y le dice a Sway que ni se le ocurra pedirle que haga lo mismo. Trato de reestablecer mi ritmo cardiaco lo mas pronto posible para seguir adelante, aún me esperan casi 50Km.

Desafortunadamente tuvimos que cortar la 2a vuelta ya que el grupo se había alargado demasiado y no había suficientes escoltas para los grupos que se habían formado, me tranquiliza saber que será mas corto, pero a la vez me hubiera gustado hacer todo.
Cuando menos noté ya estaba regresando al punto de arranque, y voy solo nuevamente, por un instante me viene un bajón de energía, como una galleta, tomo un gel, medio bote de agua y aprieto el paso, solo faltan unos cuantos kilómetros mas, es hora de cerrar.
Estoy en el último par de kilómetros cuando ya siento como mi cuerpo empieza a rezongar, yo creo que el saber que ya voy a llegar comienza a ponerlo en modo de stand by, aprieto los dientes y enfrento las últimas subidas que están justo al llegar.
Por fin estoy de vuelta en la casa, tengo ganas de tirarme al piso y descansar, pero creo que si lo hago no podré levantarme yo solo nuevamente. Así que mejor entro y empiezo a estirar los músculos inmediatamente ya que siento la amenaza de los calambres por todo el cuerpo…