ULTRAMX515 DIA 1

Ya pasó una semana de que crucé la meta del ULTRAMX515, el primer triatlón de ultra distancia en mi país, un evento único y sin igual. La buena noticia como ya se los adelanté es que logré terminarlo, la mala… en realidad no hay mala, todo salió perfecto y acorde a mis expectativas.

Como saben no hay fecha que no llegue, y así fue que dos dias antes de arrancar el evento me encontraba una vez mas en el ajetreo del viaje rumbo a la competencia, preparar maletas con ropa, nutrición y refacciones para todos los escenarios posibles: frio, calor, nevada, granizo, tornado y ataque zombie. Además de todos los temas logísticos que se requieren en mi caso para el cuidado de mi hija y perros. Afortunadamente sabía que en cuestión de trabajo el Tristaff me respaldaba desde el centro de operaciones, así que por ese lado me sentía tranquilo. En fin, después de una larga mañana logramos llegar al aeropuerto, registrar el arsenal y descansar un par de horas mientras esperábamos el vuelo que nos llevaría a esta nueva aventura.

Me sentía muy tranquilo, cada que pensaba en lo que venía me brotaba un sentimiento combinado de éxtasis con dolor, que a final de cuentas son las 2 emociones mas distantes y en las que sabía que saltaría durante repetidas ocasiones en el siguiente fin de semana. Así que nuevamente enfocaba mi mente en algo diferente, me concentraba en el ahora y en el hoy, y en ese instante la prioridad era llegar a Zacatecas con mi equipo completo y llegar al registro que me esperaba en el hotel.

Después de un vuelo muy rápido y lograr recoger la camioneta que serviría como centro de operaciones a mi crew, nos dirigimos a Fresnillo, que era el lugar donde se llevaría a cabo la competencia, donde empezaría y terminaría cada etapa, la ciudad que sería testigo de este nuevo reto. Llegamos muy pronto, para descubrir que una fiesta nos esperaba en el salón del hotel, el registro no era nada parecido a lo que yo conocía, música a todo volumen en un salón con decenas de personas creaban un ambiente inigualable. Apenas crucé la puerta escuché mi nombre, reconocí a algunos amigos atletas y en la mesa de registro me esperaban Van y Judith, los directores del evento, quienes en menos de 2 minutos ya me habían hecho sentir como en casa. Mi registro estaba listo, saludé a todos los atletas que conocía y pude conocer en persona a algunos otros que solamente conocía por medio del mundo virtual. La Ohana ya comenzaba a tomar forma y eso es lo que mas me gusta de este mundo.

Un rato después llegó el momento de descasar, ya que nos esperaba otro dia ajetreado en el que teníamos que recoger al resto del crew, asistir al desayuno de bienvenida y presentación de los atletas, donde también me hicieron un chequeo médico con muestra de sangre y orina para medir los cambios durante los diferentes dias, esto fué algo extraordinario que se debería hacer en todos los eventos de este tipo. Después tocó ir a conocer el parque donde arrancaría la competencia,  así como hacer las compras de todos los suministros que se necesitarían durante la misma para mi y para mi familia, que pasaría muchas horas en la camioneta cuidandome. En realidad el dia se fué muy rápido, cuando menos imaginé ya nuevamente era de noche, y había llegado a la recta final en la que ya no hay vuelta atrás, solo queda mentalizarse para el esfuerzo que viene y visualizar la gozada que estaba a una noche de distancia.

ULTRAMX515 DIA 1

El primer dia fué el único que tuvimos que madrugar, ya que había que estar temprano en el parque «Los Jales» donde se llevaría a cabo la etapa de natación y el arranque de la etapa de ciclismo. Llegamos puntuales y en menos de 5 minutos mi transición estaba lista, así que tuve la oportunidad de enfundarme en el wetsuit tranquilamente y tener unos minutos de «calma».

La luz del día apenas comenzaba a notarse cuando Van convocó a los atletas a pasar a la zona de arranque, donde el ejército nos esperaba para realizar los honores a la bandera y entonar el himno nacional. Este fué el primer detalle diferente a destacar del evento y que me fascinó, no solo tenía la oportunidad de competir en mi país sino que además se realizaba como un evento de categoría. Una vez que la ceremonia terminó llegó el momento de preparar el arranque, los atletas nos reunimos a un costado del lago tomados de la mano y formando un círculo mientras escuchábamos un magnífico discurso motivacional de arranque, escuche con atención cada palabra y me concentré para entrar en el «mood», noté que la mayoría de los atletas cerraban los ojos, algunos respiraban profundo, otros derramaban algunas lágrimas. Sabía que en ese momento todos estábamos conectados, todos teníamos la misma motivación en nuestra mente y nuestros corazones.

El momento de arrancar ya estaba a solo unos minutos, nos acercamos a la orilla del lago, nos despedíamos de nuestros crews, y cuando menos lo imaginé la cuenta regresiva había comenzado, una vez mas estaba a punto de arrancar la etapa que alguna vez me venció, y aunque sabía que las condiciones en esta ocasión eran mucho mas fáciles y sin riesgos, un par de segundos antes de iniciar pasó por mi mente un breve ¿Y que tal que….?

Ya no hubo duda, ya no hubo tiempo de pensar, me encontraba en el agua y ahora solo había que disfrutar y avanzar, desde un inicio sabía que la mayoría de los participantes eran muy buenos nadadores y que seguramente en las 12 vueltas que venían sería «lapeado» varias veces, así qué desde un inicio dejé de competir y me enfoqué en simplemente nadar a mi ritmo una boya a la vez. Terminé la primer vuelta y salí a comer, mi crew me preguntaba insistentemente si me sentía bien, si tenía frio, no entendía porque, sí, el dia estaba nublado pero en realidad el agua no se acercaba nada a las experiencias hipotérmicas que he tenido antes, así que no veía motivo para alarmarse. Regresé al agua y antes de arrancar vi que solo a unos metros de mi ya se acercaban nadadores, posiblemente los punteros, unos metros después comenzaban los lapeos, «soy una tortuga…no, si nadara como tortuga sería mas rápido» pensé…

Pasaron varias vueltas mas y aunque me sentía bien, comenzó a entrarme un ataque e hambre, cuando salí a pedir comida me avisaron que mi mamá, miembro de mi crew había ido a recoger a mi hermano al aeropuerto y que su vuelo se había retrasado, así que tenía que esperar un poco mas por comida, una mordida de barra energética y un poco de pasta que me compartió Van hicieron lo suyo en el momento y seguí avanzando, la etapa de la natación llegaba a su fin, solo faltaban un par de vueltas mas cuando vi a mi hermano y mi crew ya estaba completo, salí y me recibieron con un sandwich de Nutella que me supo a gloria y me levantó el animo para terminar. Pude notar que el lago ya se veía casi vacio, sabía que la mayoría de los atletas ya se encontraban rodando y sentí un poco de envidia, ya me moría por subir a la bici y aún me faltaban un par de vueltas mas. «Ahora si, voy a tomar clases de natación, pensé…»

Al fin lo logré, terminé la etapa de natación y con calma seguí mi plan de nutrición, me cambié de ropa, tomé mi bici y al fin era libre de salir a rodar y divertirme. Pasaron un par de kilómetros antes de que pudiera notar la presencia de mi crew detrás de mi escoltándome, me ayudó a sentirme mas seguro, la verdad es que esos primeros kilómetros aún me sentía un poco mareado de la nadada y no terminaba de estabilizar mi respiración, tuve que detenerme un poco, estabilizarme y un par de minutos después me sentía nuevamente listo para seguir. De ahí en adelante el dia 1 pasó prácticamente sin contratiempos, me dí la oportunidad de disfrutar y observar cada detalle posible de la ruta hasta llegar a la carretera que me llevaría a la bufa, sabía que me esperaba una buena dosis de subidas, pero eran mucho mas duras de lo que imaginaba, «ya estás aqui, chíngale» era mi mantra, y aunque en su momento se me hizo eterna la subida creo que cuando llegué a la cima y emprendí el regreso me sentí satisfecho porque me había reservado y había logrado llegar sintiéndome bien. Comenzó el descenso hacia la autopista que me llevaría de nuevo a fresnillo. Me sentía magnífico, como nunca imaginé, así que decidí apretar un poco el paso y tratar de ganar algunos minutos, sabía que eran horas de diferencia las que me separaron en la natación, pero si me estaba sintiendo bien y podía dar un poco mas sin mayor esfuerzo lo iba a aprovechar.

Muy pronto me sentí de vuelta en Fresnillo, el dia 1 había terminado, solo faltaba recorrer un par de kilómetros en la ciudad antes de llegar al hotel, me relajé, disfruté y noté como mi crew venía sonriente y contento. Un par de minutos después crucé la meta, la primera etapa había culminado, entero, contento y listo para enfrentar el dia 2…