ULTRAMX515 DIA 3

La segunda noche transcurrió tranquila al igual que la primera, después del ritual de recuperación y recarga de energía llegó el momento de descansar y visualizar el dia siguiente.

Recuerdo perfectamente que me sentía muy bien y con mucha confianza, la ruta del Ultra anterior incluía 20 Km. de carrera en un terreno con arcilla y arena que para mis pies tarahumaras resultaron bastante desgastantes y es por eso que el saber que en esta ocasión el terreno era 100% asfalto me agradaba, a pesar de los contras, a mi me fascinaba la idea.

Nuevamente me desperté antes de que sonara el despertador y me sentía muy tranquilo, con fuerza para enfrentar el último reto y contento porque sabía que lo lograría, comencé a prepararme y de pronto me di cuenta que la noche anterior me había quedado dormido antes de poner a cargar mi reloj, y lo peor de todo es que estaba totalmente descargado. Aún me quedaba casi una hora para el arranque, así que lo conecté esperando que fuera suficiente, pero no fue así, afortunadamente iba preparado para todo, y llevaba un cargador portátil, después de un par de pruebas verifiqué que era posible cargar el monitor mientras registraba la información, así que el asunto se solucionó, al final esto implicó cargar una batería en la mano por casi 15 Km. pero prefería eso a no tener registro de la carrera.

En mi mente está fuertemente grabado el recuerdo de la meta anterior, y aunque sé que es difícil volver a sentir la misma emoción con la misma intensidad, tenía la esperanza de poder vivir al menos un instante esa alegría. Solo había algo que me faltaba y la verdad cada que lo recordaba me dolía un poco, el saber que en esta ocasión no estaría mi hija esperando para cruzar la meta conmigo. Siempre es una gran motivación el saber que ella espera con emoción para cruzar la meta y recibir su medalla y no sabía si el hecho de saber que en esta ocasión eso no pasaría pudiera ser un factor que pudiera afectarme.

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MI MOTOR

Tomé la foto que me había acompañado durante este viaje y la llevé una vez mas conmigo, le dediqué este día a mis mas grandes amores, y caminé rumbo a la linea de arranque.

Había mucha emoción, el hecho de poder dormir las noches completas era en definitiva un factor determinante que ayudaba a que la energía se sintiera de maravilla en este punto y que los atletas se vieran enteros, había risas y bromas mientras esperábamos el anuncio el arranque que sería controlado, aunque después de ver la intensidad con la que arrancaron los punteros un dia antes estaba seguro que nuevamente sería así, por lo que me concentraría en agarrar un ritmo cómodo y mantenerme al menos hasta el maratón.

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CORRIENDO CON JOSEMA

La cuenta regresiva comenzó por última vez, respiré profundo y arranqué mientras me despedía de mi familia que nos observaba salir del hotel. Tardé aproximadamente un kilómetro en que las piernas se «aflojaran», sentía un poco de tensión en los cuadriceps por los dos dias previos pero poco a poco fué desapareciendo. A los pocos minutos me emparejé con Jose Manuel Lopez, un super atleta y excelente persona que bajo el programa Impossible 365 ha ayudado a muchísima gente, siendo su última acción el construir una escuela en Guatemala durante las 2 semanas previas al UltraMX515 y justo después de terminar un Doble Ultraman en León Guanajuato, una verdadera máquina, un ser humano que me siento honrado de haber conocido y compartido kilómetros a su lado.

La carrera apenas comenzaba y llegamos a una zona con subidas y bajadas cortas pero bastante pronunciadas, en este momento no implicaban mayor esfuerzo pero estaba consciente de que estos serían los últimos 5 kilómetros del doble maratón, así que de regreso posiblemente iban a sentirse 10 veces mas pesadas. Seguí corriendo y noté que íbamos en una recta bastante larga y con un leve descenso, traté de no pensar en eso, pero ahora sabía que al menos los ultimos 20 kilómetros iban a dejarse sentir; pues ya estaba aqui, sabia a lo que venía y aunque doliera iba a enfocarme en disfrutar cada momento.

Creo que fué en esta sección donde empecé a sentir calor y me quité la chamarra que traía para entregársela a mi hermano que me esperaba unos metros adelante, ahí fué donde sin querer observé mis brazos y leí mi mantra «Breathe, focus, smile & control your mind», sonreí y por un instante sentí ganas de soltar una lágrima, nunca imaginé la trascendencia que estas palabras iban a generar en mi vida cuando las tatué, y ahora una vez mas me estaban ayudando vencerme a mi mismo y superar un reto con la mejor actitud posible.

img-20161107-wa0089En este tramo de la carrera fué donde mi equipo se integró a la ruta y venía ya junto a nosotros, ya que en los primeros kilómetros solo los pude ver en 2 o 3 ocasiones, ya que ellos tenían que estacionarse a la orilla de la carretera para entrar al camino en el que nosotros íbamos. Llevaban mi nutrición al pie de la letra y cada cierto tiempo se acercaba alguno de ellos para indicarme lo que me tocaba tomar, la receta fué la misma los 3 dias, Perpetuem, Anti-fatigue, Endurolytes y Fizz de Hammer Nutrition, cada uno a su respectivo20161116_104811 tiempo como nutrición base, y como complemento las barritas de Fabiola´s Energy, además de algunos sandwiches como las comidas «fuertes»del dia para evitar la sensación de hambre y lo último cada dia, pero a la vez lo mas importante, mis bebidas y barras de proteína de Quest Nutrition, que son un alimento clave y que consumo desde antes de terminar cada etapa para permitirle a mi cuerpo comenzar su reconstrucción. No puedo dejar de agradecerle a mi crew por la excelente labor que hicieron para que mi nutrición saliera a la perfección, lo noté en los pesajes y mediciones de cada dia, en donde terminaba hidratado y con una composición corporal igual o ligeramente superior al dia anterior, lo cuál es sinónimo de un control magnífico.

 

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APOYO TOTAL

Seguí corriendo a lado de Josema y ocasionalmente intercambiábamos experiencias, la verdad es que no quería molestarlo o desconcentrarlo así que trataba de mantener la plática esporádica, pero no dejó de ser motivante escuchar algunas de sus anécdotas y despertar en mi ideas para nuevos retos a futuro. Con el fué con quien viví la hermandad que se genera en un Ultra, en el que durante todo el tiempo que corrimos juntos compartimos prácticamente todo, lo que su equipo le daba lo compartía conmigo y viceversa, una vez más tuve la oportunidad de sentirme parte de la Ohana con alguien muy especial.

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¡CORRIENDO A LADO DE UN GRAN SER HUMANO!

Alrededor del kilómetro 30 Josema se detuvo abruptamente, creó que empezó a tener calambres, me detuve un par de segundos pero noté que su equipo rápidamente se acercó a el para apoyarlo, seguí avanzando porque sabía que muy pronto retomaría el paso y me alcanzaría, y no solo fué así sino que regresó con mas fuerza y pocos minutos después me rebasó a un paso que no podía mantener sin arriesgar mi resistencia, así que ese fué el momento de separarnos y apegarme a la estrategia.

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OHANA

El resto de la carrera para llegar al maratón fué relativamente tranquilo, unos kilómetros antes de llegar al maratón cruzamos un pequeño pueblo en el que la gente de Zacatecas nos mostró la calidad humana y sencillez que tienen. Un grupo de niños emocionados me echaban porras mientras pasaba, además de que habían entrado a la tiendita del pueblo para comprar gatorade y ofrecérmelo, no supe como reaccionar, sabía que era un gesto desinteresado de su parte, pero a la vez me sentía mal de aceptar algo que afortunadamente no necesitaba y que para ellos podía significar un gasto, les agradecí a todos, choqué las manos con ellos y seguí mi camino, fue otro momento especial en el que casi suelto la 2a lagrima por la emoción que me causó.

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PAUSA DESPUÉS DEL 1ER MARATÓN

Los últimos kilómetros antes de llegar al maratón eran de pequeñas pendientes y bajadas, pocos metros antes de llegar al retorno un par de atletas me pasaron, me sentía entero y me sentía satisfecho porque al menos durante un maratón pude mantener un ritmo estable y empezar aún con energía la 2a parte. Avancé unos cientos de metros después del retorno y por primera vez me detuve para caminar, hacer escala técnica, comer un sandwich y platicar con mi familia, fueron minutos agradables y especiales con mi equipo que estaba haciendo una labor titánica. El momento chusco del día fué cuando al orillarme a hacer del baño se me cortó la inspiración al ver que el drón volaba cerca de mi y me estaba grabando, me reí y tuve que avanzar unos metros mas para salir de escena.

Seguí corriendo y todo pasó sin contratiempos hasta el kilómetro 60, íbamos a gusto escuchando música en el camino, y aunque el calor cada vez se dejaba sentir mas todo iba en orden. Para estas alturas ya sentía las piernas algo pesadas, así que me orillé y le pedí a mi masajista que me ayudara a destensarlas un poco, mi ritmo era ya tan lento por el cansancio que en el peor de los casos seguiría igual, pero también existía la posibilidad de recuperar un poco de ritmo.

Efectivamente el masaje funcionó y pude correr nuevamente a un ritmo mas decente, justo en este tramo es donde comenzaba la subida que era poco pronunciada pero duraba varios kilómetros, según mis cálculos ya no se detendría hasta llegar de nuevo a Fresnillo, así que tenía que aguantar medio maratón mas, el calor lo sentía cada vez mas fuerte y el sol que ahora me daba de costado me quemaba, no dejaba de poner hielo dentro de mi gorra para ayudar a refrescarme, pero solo duraba unos cuantos minutos y la sensación de calor regresaba. Además un nuevo factor empezaba a rondar por mi mente y me empezó a generar algo de presión, y es el hecho de que mi mamá tenía que regresar ese dia a la ciudad, por lo que en cualquier momento mi crew se desaparecería por un tiempo en lo que la llevaban al aeropuerto y nos quedaríamos solos Anahi y yo.

Como  el último masaje me había caído muy bien y las piernas nuevamente empezaban a sentirse pesadas, le pedí un último masaje antes de que se tuvieran que ir, el cuál fué alrededor del kilómetro 70, ilusamente yo creí que después de esto los 14 Km. faltantes solo serían trámite y podría cerrar bien, pero no fué así. Justo después de que la camioneta se fué, comenzó una subida que sentía cada vez mas pesada, creo que si hubiera ido yo solo todo hubiera estado bien pero el hecho de saber que venía solo con Anahi en medio de la nada comenzó a desconcentrarme , comencé a enojarme y si, empecé a culpar a medio mundo por estar en esta situación. Si no fuera suficiente, llegó otra escena chusca, corriendo juntos sin nadie mas a la vista, de pronto una manada de vacas y toros se comienzan a cruzar en el camino y a dirigirse hacia nosotros, buscábamos si alguien los cuidaba o los dirigía, pero no, eramos nosotros contra mas de 30 animales. Mi reacción fué decirle que no los viera y caminamos tranquilamente entre ellos, sabía que las probabilidades de que pasara algo eran muy pocas, pero no deja de ser algo a lo que no estamos acostumbrados, solo esperaba que no nos corretearan porque ahí si tendría que haber aplicado la de «salvate tú» y dejar que Anahi huyera mientras yo luchaba contra los rumiantes.

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MOMENTOS DE DOLOR

Si, mi mente ya estaba viajando a lugares muy extraños, saltaba entre diferentes emociones y conforme veía mas y mas subida me enojaba mas, ya quería que terminara y si solté algunos gritos de desesperación, a la vez con la esperanza de sacar fuerzas de flaqueza y poder apretar el paso. De pronto a lo lejos, como un espejismo vi que se acercaba nuestra camioneta, si, eran ellos, no habían tardado mucho. Afortunadamente en el camino habían logrado encontrar un sitio de taxis para que mi mamá tomara uno que la llevara al aeropuerto y mis hermanos estaban de vuelta. Yo seguía en mi colapso así que les pedí a todos que se subieran al auto mientras libraba mi batalla.

Por fin después de un largo camino llegué a la civilización, empecé a perder fuerza y por unos instantes me iba de lado por el cansancio, me sentía bien pero las piernas de repente se iban por un lado y mi cuerpo por el otro. Quien me hubiera visto hubiera pensado que iba a colapsar, pero no, por dentro me seguía sintiendo bien y solo tenía que retomar la calma. Por fin llegué a la ciclopista con la subida del terror que sabía que me esperaba, ahora que veo las gráficas veo que no es tan pesada y en donde entreno subo pendientes mas largas y pesadas, pero ya con 80 kilómetros encima yo sentía que estaba subiendo la malinche.

Caminé toda la subida y traté de calmarme, platicar con Anahi que iba a mi lado y encontrar la paz. Lo logré, pero al bajar las piernas me reclamaron y una vez mas se me botó la canica, ahi si solté unas lagrimas de dolor mezclado con coraje y volví a soltar unas hermosas groserías que enorgullecerían al barrio mas bravo de la ciudad. Por fin vi que solo faltaba un kilómetro para terminar, empecé a recorrer varias calles de Fresnillo mientras unos niños en bicicleta me escoltaban para llegar, traté de sacar lo mejor de mi para ser un buen ejemplo y me dejaron prácticamente frente al hotel, al fin lo veía, ¡al fin escuchaba a la gente!

Comencé a cruzar la calle para entrar a la recta final y escuchaba porras, mi nombre en los altavoces y la emoción de mi familia que ya estaba ahi para recibirme. Busqué la foto de Fabianna para que cruzara la meta conmigo, no logré sacarla ya que se me atoró con las demas cosas que venía cargando, pero ella estaba ahi conmigo, en ese instante solo la imaginaba a mi lado.

Vi el listón frente a mi y me emocioné muchísimo, es la primera vez en la vida que veía un listón al cruzar una meta, sabía que no era el primero, segundo ni tercero, probablemente era el último lugar, pero por un instante me hicieron sentir el campeón del mundo. Lo tomé, lo levanté como siempre me imaginé hacerlo y grité de emoción, lo habían logrado, un excelente evento me permitió volver a sentir esa emoción desbordante que hizo que las lágrimas brotaran.

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Abracé a mi esposa, le agradecí por todo, y después hice lo mismo con mis hermanos. Una vez mas lo había logrado, por segunda vez en el mismo año había vencido el dolor, el sufrimiento y el cansancio, una vez mas lo logré.

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Desde que ví este evento sabía que tenía que formar parte de el, confiar como siempre en mi país y en la gente que arriesga por intentar algo nuevo, quedé fascinado, un evento muy superior a otros en mi propia casa, dirigido por excelentes personas y con la humildad y disposición total de dar lo mejor de si mismos. Muchas gracias a todo el Staff ULTRAMX515, ¡son unos chingones!

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ULTRAMX515 FINISHER

¡Si yo pude tu puedes!

Mike