El fin de año ya está aquí y con esto, inevitablemente, comienza la recapitulación de todas las experiencias vividas y la preparación de lo que viene, mejor dicho, en palabras triatletas para que nos entendamos, estamos en plena pretemporada física y psicológica.
Para muchos se puede decir que fué un año «estable», donde las cosas siguieron el curso natural que llevaban y con una respuesta acorde a su preparación y expectativas, para otros termina un año en el que se enfrentaron diferentes dificultades, puede ser que no se lograron los objetivos deseados, quizás hubo que enfrentar alguna lesión o en otros casos mas drásticos algún fracaso deportivo o personal de algo que ansiábamos con todas las ganas, y para los mas afortunados termina un año magnífico, donde todo resultado superó las expectativas y se tiene un dulce sabor de boca y quizás el ego un poco inflado.
No importa cual sea el ciclo que estén cerrando, pero ese tema es clave, hay que cerrarlo.
Me atrevo a generalizar, pero creo que cuando nos encontramos en el punto medio, donde nada en nuestra vida es catastrófico ni extraordinario es donde es mas fácil mantenerse, ya que se está en una posición cómoda y preferimos «no moverle», no vaya a ser que en lugar de mejorar ahora vayamos en reversa y pues sale peor la cosa. Pero en cualquiera de los 2 extremos es donde las expectativas están todo el dia en nuestra mente y la emoción de lo que viene ahora es totalmente errática.
Si nos fué muy bien es posible que estemos pensando en mas, nuevos retos, nuevos niveles que alcanzar y seguir alimentando el ego que no deja de pedir, y si nos fué mal se tendrán muchas razones para ya estar contando los dias para cerrar el año y empezar de cero con la expectativa de que ahora la situación vaya a nuestro favor.
Todos hemos estado en todas estas situaciones, simple y sencillamente porque así son los ciclos, así es la vida, asi lo es todo. Y a lo que quiero llegar es que debemos de darnos ese tiempo para analizar lo que no nos gustó y visualizar lo que queremos, es simple, pero hay que hacerlo.
Disfruta lo que hayas logrado, reconoce en lo que la hayas cagado y mentalízate para hacerlo mejor la próxima vez.
Mike