La noche pasó demasiado rápido, entre el tiempo que a veces toma preparar todo para el siguiente dia, masaje de recuperación, bañarse, cenar y revisar que nada haga falta a veces se te va el tiempo hasta casi media noche, o al menos a mi me pasa. Afortunádamente el cansancio del 1er dia, especialmente por la natación, me permite dormir profundamente una vez que logro conciliar el sueño.
Sonó el despertador y estuve seriamente tentado a aplicar el famoso «5 min más», y aunque sabía que tenía otras 2 alarmas programadas y que no había prisa, decido encender la luz y sentarme para evitar sorpresas.
En realidad ya no hay mucho que hacer, todo había quedado listo una noche antes y solamente es cuestión de subir las cosas al auto y salir, así que mientras mi hermano se baña, me aseguro que todo esté ok y nos preparamos para salir.
Aunque en esta ocasión no iban mis hijos a verme al arranque, de todos modos no quepo en la camioneta asi que una vez mas me tengo que ir rodando a la zona de arranque, son solo un par de km, pero ahora ya con menos adrenalina y un poco de cansancio acumulado, (además de saber la mega chinga que venía), voy con un poco de frio y un toque de miedo del chido, de ese que te hace tener los pies en la tierra y te dice que aunque ya te la sabes, todo puede pasar y te debes poner chingón para que no la cagues.
Llego a la zona de arranque y ya están la mayoría de los atletas, veo a algunos con mucha energia, a otros algo nerviosos y yo pues… lo importante es que tengo salud.
Llega el momento de juntarnos todos detrás del arco de arranque, solo faltan un par de minutos y trato de concentrarme, se que tengo un dia muy largo y no hay prisa pero realmente deseo conectar mi cuerpo con el cerebro porque parece que cada uno ha estado trabajando por su lado hasta el momento, si les funcionó trabajar así un dia antes pero en este dia es escencial que todo esté en orden si no quiero sufrir mas de lo necesario.
Como si todo hubiera pasado en cámara rápida, cuando menos me doy cuenta ya comenzó el dia 2 y doy las primeras pedaleadas. Si les soy honesto, en este momento ya no recuerdo bien que pasó antes, no recuerdo cuando me despedí de mi familia, podría inventar que nos abrazamos e hicimos una porra, pero la neta cualquier historia que diga podría ser verdad y no podría desmentirla. Solo sé que los primeros kilómetros para salir de Fresnillo fueron mucho mas intensos que en años anteriores, se supone que era un arranque controlado hasta el km 10 aproximadamente, pero eso de controlado no tenía nada, en menos de 5 min recuerdo haber visto el velocimetro a 36 km/h y el grupo rápidamente se desvanecía.
Iba en el grupo frontal junto con otros 3 o 4 cuando de pronto empezaron a acelerar, preferí apegarme a mi estrategia y no dejarme llevar, me quedé sólo con Valenti quien me preguntó si mas adelante antes de «soltarnos» en la carreteria nos reagruparían, creo que el estaba respetando la indicación de iniciar lento y en grupo, pero en cuanto le dije que lo mas seguro es que los de adelante ya estaban buscando fugarse, de solo 2 pedaleadas arrancó y me dejó solo en medio de la nada. Volteaba hacia atrás y si veía luces pero ya estaban bastante lejanas, y adelante veía como el grupo de ataque se alejaba rápidamente.

Aún estaba totalmente obscuro y la luz que llevaba apenas y me ayudaba a ver el camino, afortunadamente ya íbamos en una zona libre de tránsito y con una carretera con asfalto en buenas condiciones, así que solo tenía que seguir con el ritmo cómodo que llevaba y ver como se iban acomodando las cosas. Comenzaba el amanecer y fué justo en ese momento donde los carros de los crews comenzaban a pasar buscando a sus atletas y y el mio no tardó en llegar, ya iba mucho mas tranquilo y disfrutando mucho este momento, viendo el amanecer, con el aire frio pero que se sentia y olía increíblemente puro (esto se valora mucho cuando vives en la ciudad en la que yo vivo) y con una vibra poca madre. Me atrevo a decir que estos 15-20 minutos fueron los mejores del día y que son estas sensaciones las que quedan perfectamente grabadas en tu memoria.
Unos minutos mas adelante pasamos por una zona que estaban reparando y fueron un par de kilómetros bastante molestos, con terracería y piedras que no te dejaban ni pensar por la vibración que llevas y que además te obligan a ir cuidando cada metro que avanzas para minimizar el riesgo de ponchar, me desesperó un poco esta parte y en su momento se me hizo eterna, la verdad es que preferí ir despacio para no jugármela con alguna ponchadura o caída.
Por fin salimos de esa zona y de ahi al kilómetro 120 aprox, siempre todo es perfecto, lo sabía y lo estaba disfrutando, durante un par de km pude ir platicado con Victor y llevábamos un ritmo bastante cómodo pero a la vez ibamos ganando posiciones, sabía que el venía con un objetivo competitivo y que en cualquier momento aceleraría, mi estrategía seguía siendo basarme en las sensaciones y controlar el ritmo al menos hasta comenzar el camino que me llevaría de regreso a Zacatecas.
Hubo un tramo que fué algo lento y hasta cierto punto molesto ya que nos topamos con una peregrinación, que en algunos tramos te obligaba a bajar el ritmo drásticamente para poder esquivarlos ya que ocupaban el ancho del camino, y como muchos iban en bicicleta, había algunos que se echaban carreritas, que en principio era divertido, pero después de que uno casi provoca un accidente, prefería alejarme lo mas posible y evitar arriesgarme.
Por fin después de algunas horas logré llegar al primer checkpoint, el cuál tenía que aprovechar para comer y mentalizarme, ya que a partir de ese momento comenzaba un falso plano que prácticamente no terminaría hasta comenzar el ascenso a la Bufa por 2a ocasión, paré unos 5 minutos, comí lo mejor que pude, descansé un poco las piernas y arranqué esta sección que es 100% mental, con subida constante que no permite descansar prácticamente las piernas y una recta interminable en la que no hay mayor vista que el asfalto y los carros que te pasan a toda velocidad.
Afortundamente en este tramo me alcanzó el Roro y pudimos platicar un rato, me contó todo sobre su caída un dia antes y comenzamos a debatir temas de interés sobre el futuro de la nación… naaa la neta platicamos pura tontería y pues al menos a mi me sirvió para distraerme. Noté que el traía un buen ritmo y que además venía con buena motivación, así que le di chance de que se adelantara (la neta venía valiendo madres) para que ya cada quien agarrara su ritmo. Y así me seguí, ocasionalmente me iba topando con varios compañeros y ayudaba a hacer que este tramo se fuera mas fácil, quería reservar las piernas para la subida a la bufa, pero creo que fué un error porque de cualquier manera ya me estaba cansando y ahora el daño sería doble, había perdido tiempo y de cualquier manera me iba a costar subir si seguía así.
¡Por fin llegó la desviación que me llevaría a Vetagrande! Sabía que venía una megachinga, pero nada me dá mas felicidad que dejar esa carretera atrás, aprieto el paso para acercarme lo mas posible al inicio de la bufa y hago una última parada para conectar el garmin a la pila, comer nuevamente y echarme un redbull para despertarme, la neta es que hasta sueño me estaba dando y si necesitaba un punch que me ayudara, En menos de 5 minutos ya estaba nuevamente subiendo, me sentía bien así que apreté el paso una vez mas, no me importaba quemarme las piernas, iba a subir lo mas rápido que pudiera aunque tuviera que regresar con las piernas reventadas.

La llegada al primer puerto ocurrió sin bronca y relativamente rápido, o al menos asi la sentí, en este tramo nuevamente vi a muchos bajar, así que sabía que si apretaba en el regreso podría alcanzar al menos a un par y eso me motivó, faltaban menos de 500m para llegar al 2o puerto, checkpoint y retorno cuando sentí que las piernas perdieron todo su punch, ya no traía fuerza y prácticamente iba pedaleando con el cuerpo entero para poder mover la bici, quería llegar rápido pero me estaba constando un chingo, por fin llegué al mirador que está a metros del retorno cuando veo a Roro bajando y me grita, «allá arriba están tus mujeres» aunque ya lo sabía, el saber que ya estaba a unos cuantos metros de ver a Anahi y a mis hijos me dió el kickstart que necesitaba, lo malo es que solo duró unos segundos porque justo llegando me encuentro con un autobus de pasajeros queriendo dar vuelta en «U» en una carretera de 2 carriles, sus movimientos de giro literalmente eran de 30 cm, perdí casi 5 min ahi, de plano tengo que comenzar a echarle aguas al camión y fungir de «viene viene» para que pudiera dejarme pasar, en una de esas aparece caminando por un costado Carlos Peña que estaba del otro lado esperando igual que yo, pasa enojado y mentando madres, con justa razón, la neta que con o sin competencia, fué una maniobra tonta la que estaba haciendo…

Por fin logro pasar y veo a todos, esperándome, doy la vuelta rápido y me detengo a saludar, me emociona ver a todos y mientras como algo lo mas rápido posible, aunque sabía que con todo el tiempo que perdí con el tema del autobus, alcanzar a alguien en la distancia que queda ya es muy difícil, pero no me voy a quedar con las ganas de intentarlo.
Me despido de todos y comienzo a bajar lo mas rápido que puedo, a la vez no puedo evitar ser el doble de precavido tomando la experiencia del dia anterior del Roro, pero estoy recién comido, recargado por ver a mi familia y dopado con redbull, así que vengo bajando como gringo en rave con la euforia a tope. Nuevamente se me pasa en chinga y cuando menos me doy cuenta ya estoy cruzando la caseta y sintiéndome a toda madre.

No puedo dejar de ver el velocímetro y traigo un ritmazo, si lo logro mantener durante 40Km mas habré recuperado mucho de lo que perdí en la mañana, cada vez me siento mas cerca de Fresnillo, estoy a unos 20 km cuando comienzo a sentirme nuevamente muy lento y pesado, supongo que se me «acabó el gansito» y pues ya solo me enfoco en avanzar lo mejor que puedo, ya después de llegar a la meta mi crew me confesó que notaron que el tubular trasero se bajó un poco, seguramente ponché y se auto selló, pero con la pérdida de presión de aire la carga para mis piernas fue demasiada, no quisieron avisarme ya que faltaba poca distancia y la llanta no estaba «tan baja», pero definitivamente hubiera sido mejor inflar rápidamente, ni hablar, el hubiera no existe.
Llego a Fresnillo y comienzo a rodear el club que alberga la meta, solo un par de km me separan de terminar la etapa de la bici, a pesar de todo me siento bien, muy contento y entero, incluso pensé que preferiría correr el doble maratón de una vez para ya acabar con todo.

Llego a la recta de meta y nuevamente a lo lejos escucho las porras de todos y veo a mi crew esperandome. Se logró el dia 2 y todo estuvo increíble!
Definitivamente no fué mi mejor tiempo pero nada se compara con la sensación de llegar sintiéndote entero y disfrutando cada momento, conviviendo con los demás atletas, con Anahi, mis hermanos, mi cuñado y por supuesto mis hijos.

Hasta este dia este Ultra ha sido una gozada, solo me resta esperar que el dia 3 pudiera terminar aunque sea ligeramente similar, lo malo es que nunca he tenido un buen doble maratón, así que me queda la incertidumbre de si en realidad este ultra podría realmente terminar siendo perfecto.

Mi crew me deja en la zona de recuperación esperando el masaje mientras ellos regresan al hotel a descansar y poder mas tarde salir a cenar y comprar los víveres que hagan falta para terminar la aventura.
Mi idea en este momento es que ya solo falta 1 maratón, porque el primero de los 84 sale sin bronca, el reto es el de regreso, a final de cuentas, como siempre digo, un maratón solamente se corre después de otro maratón o no se corre…
Dia 3…
Mike