Ya pasaron 3 semanas de que se cruzó esa meta, la reseña está lista y aún estoy preparando el video, pero a final de cuentas la carrera ya terminó y es hora de enfocar la mente en lo que sigue… ¿Y que sigue?
Si bien uno de los efectos después de una competencia tan demandante y que te lleva al límite como un Ultra es entrar en un periodo de «depresión», es totalmente válido y necesario el tomar un periodo de descanso físico y mental para terminar de asimilar la vivencia y realmente darnos el gusto de disfrutar el logro, pero es importante controlar que ese descanso no se convierta en un abandono de uno mismo.
Una persona que se enfrenta a este tipo de retos es muy probablemente alguien con una personalidad tipo A, por lo que el sentido de urgencia y el inminente deseo inmediato de pensar «que sigue?» es inevitable y es justo eso lo que lo lleva a buscar cada vez más, en pocas palabras tendemos a ser personas con un comportamiento adictivo y no es para menos con las altas dosis de adrenalina y endorfinas que nos ganamos después de una severa chinga como un Ultra.
Llevas meses entrenando, rascándole minutos al dia para poder cumplir con tu plan, y una vez que lo logras sueles tener tanto tiempo libre que no sabes ni que hacer con él, y es en este periodo donde tu mente comienza a divagar y puede surgir la famosa depresión post competencia, la cuál, si no es sustituida por un nuevo reto, sin importar el tiempo que tome cumplirlo, te puede llevar al lado obscuro, que es justo el estilo de vida opuesto al que viviste durante meses, ahora te puedes convertir en una persona adicta a los malos hábitos, mala alimentación y sedentarismo extremo.
Suena dramático, pero si vives en este mundo del deporte y te pones a pensar, seguramente hay alguien que conoces que dio este radical cambio en su vida, y después de alguna competencia exigente como un ultramaratón o un ironman se tomaron un periodo de descanso que lleva años y no parece tener fin. Bicicletas llenas de polvo u oxidadas, pantalones de tallas cada vez mas grandes y una continua promesa de que iniciando el próximo mes «regresa» a entrenar son características comunes en atletas con este problema.
Afortunádamente, al dia de hoy, este no es mi caso, todo lo contrario, como lo dije en un post anterior, mi «carrera» de atleta es un plan a largo plazo que apenas comienza, todo lo que he hecho forma parte de una base de preparación para retos mas agresivos que quisiera completar en unos años. Soy consciente de que en ésta época de mi vida, siendo emprendedor con un negocio que me requiere de tiempo completo, una familia con hijos pequeños que requieren mi atencion y un comportamiento obsesivo de participar en todos los proyectos que me son posibles, el tiempo que me queda para ser atleta es únicamente el suficiente para permanecer siendo un entusiasta aprendiz de la resistencia.
Por lo pronto, para 2019 ya tengo un objetivo definido, inscrito ya estoy y le traigo tantas ganas que ni siquiera tuve un periodo de descanso total, quizás me tome unos dias en este fin de año, pero la idea es mantenerme activo para seguir con el «vuelito» que traigo y que sea mas fácil comenzar el entrenamiento para el reto tan demandante que me espera y del que prónto les hablaré.
Me tomó varios años y varios ultras el llevar mi cuerpo y mi mente a este punto en el que realmente disfruto cada instante de algo que en un inicio parecía demandante y es por eso que ahora me siento con la confianza de subir el nivel sin temor de perder el gusto o dañar a mi cuerpo. Lo cuál siempre será mi recomendación #1 como entrenador, haz las cosas por gusto, se trata de disfrutarlo, ten paciencia y aprende de ti mismo.
¿Y tú has vivido alguna depresión post competencia?
#VIDAULTRA
Mike