La euforia del cierre del dia 1 aún seguía, sin embargo era momento de comenzar a concentrarme en el segundo dia, que requiere mucha paciencia y cabeza. Es un dia en el que muy facilmente puedes cometer errores que te pasen factura más adelante o incluso en el dia 3, más de una vez he visto atletas con potencial de lograr grandes resultados en la carrera echarlo a perder por excederse. En mi caso, aunque nunca he estado peleando un podium ni siquiera de cerca, si he tenido experiencias en las que lo que iba como un buen dia, por atascado, termina como una masacre para el cuerpo y para el cual es dificil recuperarse para el doble maratón.
Así que después de llegar al hotel y un buen baño, llegó la hora de comer para recargar fuerza, me seguia sintiendo al 100, como si solamente hubierahecho un entrenamiento largo por la mañana, aprovechamos para comer con el video crew de Panal y compartir las experiencias del dia y un buen rato de anécdotas y risas. Apenas terminamos comenzó el momento de dejar atrás éste dia y comenzar a poner la mente en lo que venía, mientras mis hermanos fueron de compras a resurtir lo que se utilizaría al dia siguiente, yo revisé nuevamente que la bicicleta estuviera bien, organicé la alimentación, la ropa que utilizaría y traté de ir a dormir temprano, ya que ahora tocaba arrancar una hora mas temprano y seguramente por el cansancio la noche se sentiría un poco mas corta.
Sonó el despertador y comenzó la nueva aventura. En realidad todo estaba relativamente listo así que lo único que faltaba era subir todo al auto, comer algo y trasladarnos a la zona de arranque. Puedo decir que todo fluyó con bastante calma y aunque mi plan era irme rodando del hotel a la zona de arranque que está a un par de km. ,cómo lo he hecho en años pasados, tuve hasta tiempo de meter la bici al auto con calma y llegar a la zona de arranque con buen tiempo de sobra.
A los pocos minutos comenzaron a llamarnos a la linea de arranque y ordenarnos, ya que por los protocolos de salud, aunque somos muy pocos atletas y en realidad no se forma ningún pelotón o grupo grande, la organización del evento cuidaba todos estos detalles a la perfección y siempre evitó cualquier contacto entre nosotros en medida de lo posible.
5,4,3.2,1…
Comienza el dia 2, como siempre, con un arranque controlado resguardado por los organizadores y policia, ya que para comenzar la carrera tenemos que salir de la ciudad, por lo que los primeros 5km aproximadamente nos ayudan a cerrar el tráfico y llevar una velocidad limitada, una vez que llegamos a la autopista, nos sueltan cuál caballos de carreras y los madrazos comienzan.
Honestamente este dia siempre me causa conflicto, la bici es algo que disfruto mucho y me gusta, y en ocasiones anteriores he cometido el error de arrancar muy fuerte, lo cual me pasa factura al llegar a la bufa, que es una subida endemoniada que comienza alrededor del km. 200 y en la que he llegado a mentar madres y soltar lagrimas, por lo que ahora quería realmente ir de menos a más, estoy consciente de que el kilometrae acumulado que llevo este año es minimo comparado con años anteriores y no vale la pena buscar un tiempazo cuando no traigo lo suficiente para lograrlo, así que me trago el ego y el orgullo y dejo que los que arrancan más fuerte se vayan. Los punteros se dejan ir cual gorda en tobogán, en menos de 2 minutos dejé de verlos, con los demás trataba de ubicarme para mantener un ritmo que me permitiera mantenerme en una posición cómoda, pero buscando ir «solo» es decir no tener a nadie tan cerca como para perseguirlo, ni tener a alguien muy pegado atrás como para buscar botarlo, quería enfocarme solo en lo mio y nada más.

Todo iba bien, me mantenía en la parte media del grupo sin ningún estrés, me sentía bastante cómodo, incluso sobrado, mi estrategia era llegar así hasta el km 115 que es el retorno donde comienza un falso plano con viento en contra que dura casi 100km para después llegar y rematar en la bufa, una vez llegando ahi, hacer una única parada, comer, recargar la bici de hidratación, geles, estirar y ahora si meterle, darle duro, como diría Paul de las barras praderas «sin miedo al éxito».
Pero en un momento, todo se derrumbó, bueno no tanto así, alrededor del km 60 un alambre atravesó mi tubular de lado a lado y pues hasta ahi llegó, cuando vi que el sellador, en lugar de sellar estaba saliendo de la llanta, supe que por segundo año consecutivo, había perdido el lenticular. Hice un cambio de rueda relativamente rápido, pero esos pocos minutos que me tocó el cambiarlo fué suficiente para que prácticamente todos me pasaran, me di cuenta que todos veníamos muy juntos y al menos hasta ese momento todos con un ritmo similar, así que si quería recuperar lugares, mi estrategia conservadora ya se había ido a la basura. El ancho de la rueda nueva era mayor, por lo que además tuve que desconectar los frenos para poder rodar, eso implicaba que mas adelante tarde o temprano tendría que para nuevamente para que Bamboo me ayudara a hacer el ajuste necesario para tener frenos nuevamente a la hora de bajar la bufa.

No quería competir, pero el hecho de poder ver a un par como 1 km adelante de mi hacia que quisiera meterle para recuperar un poco de tiempo, la paz mental que traía habia desaparecido, es un juego mental interesante el saber que tienes punch de sobra en las piernas para poder meterle y pero a la vez te faltan casi 200 km por delante.
Unos 20 km adelante me encontré a Bamboo, asi que tocó la parada obligada, ajuste rápido de frenos, tomó solo un par de minutos, ni siquiera me bajé de la bici, cual pit stop de F1, pocos kilómetros mas adelante pude ver a los punteros que ya venian de regreso, me llevaban casi 10 km y se veía que iban hechos la madre, presentía que se venían dando de leñazos y jalones y conociendo como competían esos 3 seguramente sería un verdadero show verlos en acción, un par de km atrás venian varios buenos ciclistas a muy buen ritmo y pues aunque aún me llevaban bastante ventaja, aún faltaban muchos kilometros y en una de esas lograba recortar hasta ese grupo (spoiler: no lo logré), y solo un par de km adelante venían todos los que me habían pasado en mis paradas anteriores, estaba a punto de la parada obligada en el retorno de Villanueva, sabía que no la podía evitar, ya que hacerlo y no comer podría afectarme mas adelante, pero trataría que fuera una parada lo mas rápida posible, y asi fué. Mientras comia un sandwich, mis hermanos cambiaron mis ánforas, me dieron pastillas de sal, Bamboo reviso una vez mas si se podía hacer algo por el lenticular, pero no, iba ya solamente con una sola refacción, pero confiaba que no necesitaría más. Termino de comer, me subo a la bici, y a darle, ahora si tocaba quemar piernas, esa parte es muy tediosa, así que decidí que en esta ocasión iba a tratar de hacerla lo mas rápido que pudiera, no dejan de ser 100 km bastante duros, pero quería recuperar.
Me sentía bastante bien, me había ayudado haberla llevado relax al principio, pero conforme avanzaban los kilometros y ver que no se veía absolutamente a nadie al frente me di cuenta que quizás exageré un poco con esa tranquilidad al principio. Después de un par de horas sin ver a nadie mas que a mi crew me di cuenta que todos íbamos prácticamente al mismo ritmo y posiblemente toda la carrera sería así, los únicos cambios se darían si hubiera ponchaduras o alguien se tronara antes de tiempo, así que ya decidí dejar de perseguir fantasmas y me concentré totalmente en disfrutar esta salvajada que tanto amo, en serio muy pocos entienden lo delicioso que puede ser estar todo ese tiempo sufriendo y gozando simultáneamente.
Lo único que me comenzó a cansar un poco fue la vibración, ya que el asfalto del camino no es precisamente liso y pues ya después de casi 200 km el cuello, las manos y los pies empiezan a quejarse, pero al mismo tiempo empiezo a reconocer el camino y me doy cuenta que estoy mas cerca de Zacatecas de lo que creía, por lo que pronto vendría un ligero descanso al tomar el camino de bajada que me llevaría rumbo a Vetagrande y La Bufa, aprovecho para apretar un poco el paso y ver como reacciona el cuerpo y en realidad me doy cuenta que me siento muchísimo mejor de lo que esperaba, así que ese ascenso que me esperaba podría disfrutarlo mucho más de lo que estoy acostumbrado.
Ya estoy a 1km del ascenso, el cuerpo pide parada técnica asi que debajo de la sombra de un puente aprovecho para «dejar que fluya», reabastecer la bici y pedir comida una vez más, esta vez para llevar. Arrancamos y un par de minutos adelante comenzó la sabrosura rompepiernas, rompe almas y rompe voluntades, ahi estaba yo una vez más lidiando con esa montaña que es como una ex novia tóxica que te la arma de pedo cada que se encuentran.
«Estás aquí, estás vivo y estás haciendo lo que te gusta.» Con esa idea en mente comienzo a trepar el pinche cerro y lo empiezo a disfrutar como nunca, quizás mi cara no lo demostraba porque no deja de implicar un gran esfuerzo, pero por dentro, en serio me estaba permitiendo sentir a conciencia cada dolor de las piernas, cada respiración, cada gota de sudor que escurria por la frente y cada metro que avanzaba me sentía mas agradecido por estar ahi. No se si han sido los meses de encierro, la madurez al fin llegó a mi o que mis hijos han acabado con muchas de mis neuronas en poco tiempo, pero en realidad me sentí una persona diferente a la que ha subido esa montaña los años anteriores, y confieso que me gustó descubrirme en este nuevo estado.
No sé en realidad si hice más o menos tiempo, pero cuando llegué a la cima, al retorno, no podía creer lo bien que me sentía, lo rápido que se me había pasado y lo mucho que lo había disfrutado. Doy la vuelta y comienza el descenso, oh la la chulada, dejo que la gravedad haga lo suyo, y aunque no puedes ir en realidad a tope por las curvas y los baches del camino que te obligan a frenar o cambiar de carril en una carretera de doble sentido, esa bajada es tremendamente disfrutable después de muchas, muchas horas de pedaleo continuo. En pocos minutos estoy de nuevo en la autopista y aunque aún estoy a 60 Km. de la meta el regreso a Fresnillo es mero trámite, solo toca mantenerte con un pedaleo constante, enfocado y no confiarte en cuanto a la alimentación o hidratación, a estas alturas de la carrera yo creo que ya todos estamos hasta la madre de los sabores dulces de los liquidos y alimentos que llevamos, pero descuidar esa parte, aunque falte poco por terminar, es muy riesgoso e irresponsable, por el contrario, se tiene que reforzar para que el cuerpo pueda recuperarse rápidamente para la chinga que falta.

El regreso lo sentí mas lento que el dia anterior, siento que hay algo de viento en contra, no estoy seguro si es eso o quizás las piernas ya no traen tanto power, pero no importa, me concentro en seguir avanzando y como la cabeza y el cuerpo en general se sienten bien, simplemente voy lo mejor que puedo sin atascarme. Una vez más, llego al puente que te lleva a Fresnillo, ya está practicamente terminado el dia.
En otro ataque de «espiritualidad» y conforme los kilómetros se acaban, agradezco el haber podido terminar ese dia, sentirme bien, tener a mis hermanos conmigo y al resto de mi familia apoyándome desde casa, a quienes los escucho en audios que me van poniendo mientras entramos a la ciudad. Traigo las emociones a flor de piel y me doy cuenta que nunca me había sentido así, y está poca madre, confirmo que no importa cuantas veces haga esta carrera, cada año soy una persona diferente, y la que vino este año me está gustando mucho. No se si es la pandemia, pero al menos algo bueno salió de toda esta crisis.
Veo la última vuelta que tengo que dar para llegar a la meta, mis hermanos se adelantan y honestamente no recuerdo si en esta ocasión tuve una moto que me escoltara, mientras escribo esto me estoy dando cuenta que realmente iba en un estado mental muy diferente, pero si recuerdo bien el momento en el que entro a la meta, me siento magníficamente bien, pleno, feliz y sobre todo muy despierto y consciente de todo lo positivo que me rodea.
Hago mi entrada triunfal, me reciben mis hermanos y gente del evento con el cariño que siempre me dan y una vez más, me doy la oportunidad de disfrutar ese insante de triunfo, ese dia gané mucho más de lo que pude haber imaginado alguna vez y creo que por primera vez en mucho tiempo, me permito darme el mérito de lo logrado.

En la «vida real» aún faltaba un dia más, el mas duro, el que requiere todo de tu cuerpo y de tu mente. Pero en mi mente, en ese instante todo estaba muy chingón, y me doy permiso de quedarme un rato más en ese buen viaje.
Vida Ultra