Re start

Hace mucho tiempo que no estoy por aquí, sin temor a equivocarme, estoy seguro que ésta ha sido la pausa mas larga en este blog desde hace poco mas de 10 años que inició. Existe un borrador que nunca se terminó de escribir, su título era «Pausa» y comencé a escribirlo en Enero 2022 y se quedó inconcluso después de 2 meses de intentar encontrar la inspiración una y otra vez.

Y en lugar de iniciar este nuevo texto, pensé retomar el anterior, pero no tiene caso, ni la situación es la misma, ni yo soy el mismo.

¿Drama? Si hubo algo de eso durante este tiempo, no lo voy a negar, fué mucho menos de lo que en algún momento llegué a imaginar, pero de que hubo y sigue habiendo días que podrían perfectamente crear el guión de un capítulo de la Rosa de Gudadalupe, neta que si, se los juro que a mis 40 aún hay novela que contar.

¿Lágrimas? Si, la neta también, un chingo. No puedo decir que tengo traumas machistas porque me prohibían llorar de niño o algo de ese estilo, sin embargo, a pesar de recordar haber sido un niño/adolescente chillón, durante casi 2 décadas dificilmente recuerdo haberme dado la oportunidad de sucumbir a mis emociones, no recuerdo llorar sin la necesidad de recorrer cientos de kilometros para tener la excusas del dolor o del cansancio, y mucho menos hacerlo frente a familia, amigos o mis propios hijos, quienes ahora saben que su papá puede parecer un super héroe para ellos, pero también es un humano que a veces necesita desahogarse, así como ellos lo hacen.

Mi vida ha cambiado tanto en tan poco, que hoy me es imposible verme en fotos de instagram de hace un par de años y sentir que no es la misma persona que soy hoy. La mayoría de mis pasiones, mis prioridades y mi compromiso con la vida que sueño tener siguen intactos, pero hubo un par de decisiones que con plena conciencia decidí tomar, a pesar de la enorme incertidumbre que me quitaba el sueño por no saber si hacía o no lo correcto, y hoy, a pesar de seguir en medio del torbellino, puedo confirmar que ver hacia dentro de mi por primera vez en mucho tiempo, ha hecho que mi forma de vivir haya cambiado drásticamente, por fortuna, para bien.

Tuve que romper muchas cosas, más de las que hubiera querido y algunas incluso que ni siquiera había considerado que tuvieran que romperse, relaciones personales, sociedades y algunas amistades que resultaron no ser tan reales, pero que al final siempre dejan un buen recuerdo y aprendizaje.

Aprendí que decir NO de vez en cuando es un buen ejercicio para conocer mejor tu entorno.

Aprendí que aunque aún tengo mucho que apender como padre, tengo una relación más fuerte y sana con mis hijos.

Aprendí que a la gente culera hay que decirle directamente con todas sus letras, que son culeras, antes de alejarse de ellas, neta el mundo sería mejor si todos lo hiciéramos.

Si bien siempre he valorado el uso de mi tiempo, aprendí a ser mas estricto con quien lo comparto y a desperdiciar el menos posible.

Aprendí que amarse a uno mismo debería ser la lección mas importante que uno deberá recibir en la niñez y que nunca es tarde para aprender.

Aprendí que durante años he entrenado mi cuerpo y mi mente para lograr conquistar retos que alguna vez creí imposibles, pero que entrenar las emociones requiere un grado de compromiso y constancia brutalmente mayor.

¿Quien soy hoy?

Ni idea, creo que estoy en ese proceso de autodescubrimiento, lo chingón es que cada dia me siento mas cómodo con esa sensación de curiosidad, de seguir experimentando, arriesgando y expresándome. Si, suena a speech barato del coach de vida de tu preferencia, pero creo que cada dia le encuentro mas sentido a eso de «disfrutar las pequeñas cosas de la vida» porque a veces esas pequeñas cosas, son lo único que te queda y con eso tienes que reconstruirte las veces que sea necesario.

Mike

La Vida Ultra no se crea ni se destruye, solo te transforma.