La normalidad que no regresa

Ya estamos 17 dias dentro del 2021, el año que guarda la esperanza de muchos, de que la(s) crisis que existe(n) en el mundo comenzarán a tranquilizarse y la normalidad poco a poco regresará. Pero, en realidad ¿queremos regresar?

Quien me conoce sabe que soy bastante incrédulo y pragmático, me cuesta escuchar o leer algo y aceptarlo sin antes cuestionarlo por todas las aristas posibles, y, si bien eso me ha ayudado a lograr muchas cosas positivas, también me obliga a vivir en una especie de paranoia que a veces cansa, sobra decir que en una situación como la que vivimos suele ser aun mas desgastante el buscar la respuesta alterna que quizás no existe, pero mi mente siempre busca. Si fuera tan sencillo como elegir la píldora roja y simplemente conocer una verdad que ya existe y simplemente desconozco, definitivamente lo haría.

Sin embargo nada cambia, la vida continúa con la misma historia que hemos venido viviendo por meses hasta el punto en el que me doy cuenta que lo he vivido como si fueran los 7 pasos del duelo, he negado mi realidad, me he encabronado mas veces de las que debería y asi hasta estar en un punto en el que ya he aceptado que la situación dificilmente volverá a la normalidad que conocía, y ahora quizás ni siquiera sé si lo deseo.

Y es que en este año que ha pasado he visto desmoronarse con total impotencia cosas que consideraba importantes en mi vida que hoy me doy cuenta que a pesar de todo con la actitud correcta y el enfoque objetivo, lo que parecía el fin, fué solo una oportunidad de un nuevo comienzo.

No estoy diciendo que ya todo quedó atrás, que encontré respuesta a todos los problemas y mi vida va viento en popa, todo lo contrario, hay tantas cosas que están tan de la chingada que al final no queda de otra mas que seguir esforzándose en crear nuevas oportunidades y dejar de aferrarse a lo que en algún momento parecía ser el epicentro de todo. Pasa el tiempo y te das cuenta que la intuición es mucha mejor aliada en situaciones donde se necesita tomar deciciones críticas y las respuestas, las personas y las oportunidades correctas dejas de perseguirlas y poco a poco comienzan a resaltar en el panorama y algunas incluso, se acercan a ti.

Hay muchas cosas que quiero que vuelvan a la normalidad, por el bien de mi familia, de mi negocio, de toda la gente que en realidad se parte la madre trabajando y haciendo de este un mejor mundo. Pero también, este momento en el que todo está peor que nunca y que a la vez se ve un destello al final del tunel, es el momento de tomar deciciones clave en nuestra persona sobre que podemos hacer mejor una vez que esto termine.

En mi caso, creo que le he dado un significado y valor sumamente diferente a la libertad de poder ir y hacer lo que te de la gana, el poder respirar libremente sin un pedazo de tela en la cara, poder jugar con mis hijos en un parque sin tener que estar cuidando lo que tocan y que continuen con esa niñez en la que saben que son libres de revolcarse en la tierra o saltar en los charcos, o poder pasar tiempo con mis padres y hermanos sin pensar que eso pueda representar un riesgo para alguien, vaya que cosas tan simples que dábamos por hecho y a veces hasta daban hueva, hoy se extrañan.

Hay muchas otras que hoy se que puedo hacerlas mejor que antes, y que sin éste golpe duro de realidad jamás lo hubiera notado, jamás hubiera puesto un alto a conductas o pensamientos que no aportaban nada y sobre todo, no hubiera aprendido a darle el tremendo valor que tiene cada segundo que seguimos aqui.

Lo único que tienes es el ahora

¿Que viene? Nadie lo sabe, pero estoy seguro que no importa lo que venga, mi mente y mi actitud están listos para enfrentar esta nueva etapa que comienza con una humanidad mas polarizada, pero más despierta, con nuevas habilidades, experiencias y sin duda con nuevos traumas, pero valorando lo que mas importa y lo único seguro que cada uno tiene.

El ahora.

Vida Ultra

Esta p&%a cuarentena

Lo siento, no tengo otra forma mas amable para referirme al periodo que estamos atravesando.

Creo que para muchos ya está dejando de ser «divertido»; comienza a dejar de ser productivo tanto tiempo de meditación o autoconocimiento, los tutoriales para aprender repostería o alguna habilidad nueva ya comienzan a saturarnos y aburrirnos y para los que somos deportistas, el generar endorfinas para únicamente soportar el resto del dia entre 4 paredes ya no parece ayudar tanto como al principio. Algunos podemos salir a la calle para ir a encerrarnos en otro lado, pero no hay mucha diferencia, y se agrega el factor de ser señalado como irresponsable por el buscar proveer a mi familia y los que dependen de mi.

Para muchos de nosotros, o al menos para mi esta crisis vino a traer un nivel de stress y desgaste psicológico que nunca habia sentido y que comienza a volverse dificil de sostener, y al no existir alternativa no queda de otra mas que aprender a vivir con él. No se le ve un fin próximo a esto que vivimos, y para los que nuestro sustento no depende de un salario «seguro» y la reactivación se pronostica lenta aún terminando la cuarentena, podemos hablar de varios meses de lo mismo.

Nadie sabemos como enfrentar esto, incluso los mismos terapeutas que regularmente podrían ayudar a terceros atraviesan por la misma crisis, no hay especialista que sepa como lidiar con una situación cómo esta que no tiene precedentes, es como pedir a un loco de manicomio que ayude a otro que está igual, porque nos guste o nó, en este momento todos estamos atravesando algún grado de demencia y se vuelve complicado determinar quien está mejor y quien está peor.

Nuestra sociedad, al menos en la que yo me desenvuelvo, comienza a notarse cansada, las palabras de aliento, la motivación en todo momento y esa energía positiva que se contagiaba hace unos dias todavía comienza a desvanecerse, nadie tiene la culpa y nadie está excento de perder la cabeza en algún momento, pero al final la sociedad se convierte en ese uróboro, esa figura mítica que se come a si misma en un ciclo sin fin, se puede evitar, pero aún falta más por vivir, esas polaridades que antes eran políticas hoy están saltando a temas cada vez mas personales y cada vez mas sin sentido, solteros vs casados, familias sin hijos vs familias con hijos, escépticos vs crédulos, etc… Lo que si veo es que falta mas gente que acepte que ya no la está pasando bien y que como un alcoholico o un drogadicto, dé el primer paso para sincerarse, para enfrentar que está dañado y poder comenzar a sanar, quien sabe, quizas todos están perfectos y soy el único atravesando esa dificultad para adaptarse o quizás falta que unos cuantos nos sinceremos más.

Creo que este es mi paso, no intento que sea una apología ni estoy seguro de que sirva de algo, sé que para mi esta puta cuarentena me ha llevado a un nivel de ansiedad que nunca habia vivido, me ha sacado de mi presente para vivir pensando en que mañana posiblemente será aún mas dificil de lo que ya es, en donde las ideas, las estrategias y el optimismo comienzan a escasear y se vive como en un grito debajo del agua, que nadie puede escuchar y en donde tomar aire requiere de un esfuerzo mayor y que a donde voltees, ves a muchos en la misma situación.

¿Lo voy a lograr? Lo mas seguro es que sí, no me queda de otra y como siempre, he decidido volverlo un reto personal, no para ser mejor ni presumirlo, si no para salir lo mas cuerdo y sano posible y recordarme siempre que no hay nada mas valioso que la libertad. Lo que no sé es si algún dia volveré a ser el mismo, si el mundo a mi alrededor continuará igual o si esto sea una señal para todos nosotros de que nada lo tenemos seguro y vale la pena correr el riesgo de empezar de cero persiguiendo lo que realmente queremos.

Mike