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7 notas musicales, 7 colores del arcoiris, 7 dias de la semana, 7 pecados capitales, 7 iteraciones en estadística, 7 dobleces a una hoja de papel, 7, un número que por conveniencia humana, numerología, equilibrio universal o apropiación cabalística, tiene algo que lo hace resaltar en la infinidad matemática.

Y, aunque, cuando llegué a la linea de arranque de el UltraMX en este 7° año de haber comenzado en esta distancia (es mi 8° participación, pero hice 2 en un año) este número no significaba absolutamente nada y tampoco le he dado demasiada importancia en mi vida a la suerte o al esoterismo, hoy me parece un número, un año y un Ultra con algo «especial», no puedo descifrar ni explicar que, pero si, algo diferente tuvo esta ocasión.

Y para seguir con la numerología, hoy se cumplen 7 dias de que se terminó este Ultra, 7 dias que han sido un sube y baja de emociones, llenos de cambios inesperados, oportunidades, retos y sobre todo, intentos de escribir la reseña que algunos ya me piden, pero que mi cuerpo aún no logra asimilar y mi mente nomás no logra ordenar.

Quien gusta de escribir sabe que no hay nada mas complicado que describir emociones con simples palabras y el desmadre emocional que este 7° UltraMX me dejó, requiere de un poco más de tiempo para asentarse.

Asi que, queridos 5 lectores que me siguen, les pido un poco mas de paciencia. Pronto les contaré lo que éste Ulltraman me dejó.

Vida Ultra

Mike

¿Porqué haces lo que haces?

Es una pregunta tan ambigua con tantas respuestas posibles y a la vez con una sola:

-Porque quiero.

Ok ok, entiendo que suena un poco agresivo pero en realidad buscarle un motivo más allá del gusto y la pasión que implica realizar un reto o en mi caso, un estilo de vida asi de intenso, llega un punto en el que ya no tiene explicación clara ni lógica. Cualquier cuento que te quieras contar o cualquier motivación externa que quieras darle es importante, pero me atrevo a decir que no es enteramente legítima.

¿Dedicarlo a alguien más? Si, podemos hacerlo para dedicarlo a alguien, pero al final es una dedicatoria que nosotros, los que hacemos estos retos, elegimos y le damos un valor tan elevado por el nivel de sacrificio, compromiso y muchas veces dolor, que se requiere. Pero te puedo asegurar que si alguien te dice que porque te ama o te aprecia, se va a someter a una auto tortura por ti, tendrías que ser algo sádic@ para aceptarlo. Y es por eso que siempre lo vemos por el lado romántico, ese donde los guerreros morían por amor.

Entonces ¿lo dedicamos porque el que recibe la dedicatoria valora el esfuerzo, o porque no queremos sonar egoistas y decir que lo hacemos por nos llena demostrar lo que somos capaces de lograr?

Bueno, podemos no dedicarlo a nadie en particular, pero si para motivar a otros y demostrar que si yo puedo ellos pueden. Una vez más, me doy cuenta que esa es una frase trillada en la que yo muchas veces he caido. Y no deja de ser lo mismo, ego, ese ego que nos pide demostrar que aunque todos podemos, tu levantas la voz para decir que lo hiciste primero. Pum! Que fuerte y que cierto es.

¿Ser un ejemplo? Ahi no caigo tanto, pero no puedo decir que no lo he dicho alguna vez. Y es que en algún momento me di cuenta que, ¿para que quiero ser un ejemplo de resiliencia o de triunfo deportivo para un hijo que quizás quiere ser filósofo o artesano, o una hija que quiera viajar por el mundo sin lujos ni presiones o dedicarse a estudiar matemáticas? Son tantas las opciones de vida que tienen y que quiero que elijan libremente, que sería muy mal padre si les incitara un solo camino. Así que me limito a solo enseñarles a soñar, a buscar el suyo propio y ayudarles a que lo puedan hacer realidad.

Entonces ¿porqué hago lo que hago? ¿Porqué hacemos lo que hacemos los que hacemos estas pruebas? ¿Porqué la ultradistancia? ¿Que hay detrás de este gusto loco y e innecesario?

Es claro que no puedo generalizar, ni pretendo hacerlo, sin embargo en estos años que llevo en el deporte de ultra resistencia he descubierto que no hay mayor secreto, esa sensación de logro y esos mínimos, pero intensos segundos de éxtasis que dan el culminar una prueba de este nivel, son incomparables y son exclusivamente nuestros. Se que suena muy egoista porque muchas veces ese proceso y esos logros se dan gracias a el apoyo y amor de la familia y amigos que te acompañan, y una vez que pasan esos segundos de adrenanalina y endorfinas embriagantes, si, son lo primero que pasa por tu mente, por tus emociones y el agradecimiento es gigantesco, pero siendo honesto la autorealización y la satisfacción propia del esfuerzo realizado, es suprema.

Y no lo veo mal, me ha tocado estar del otro lado, me ha tocado ser el que apoya, el que espera en la meta, el que acompaña el proceso y el que ve la sensación de logro en alguien que quieres y en ningun he esperado que mi apoyo esté por encima de lo que el esfuerzo significó para esa persona, y creo que nadie sentiría envidia o egoismo por alquien que realmente ame.

Pudiera parecer que a mayores distancias mayor la satisfacción, sin embargo no es asi, no me imagino lo enorme que uno debe sentirse ganando una medalla de 100 metros planos y son menos de 10 segundos.

Lo que si puedo garantizar es que lo que uno festeja, son los cientos o miles de horas que dedicó para llegar a ese momento, y cada quien las vive a su manera. Algunos si entrenaran mil horas y es admirable, pero algunos otros seremos empleados, esposos, padres de familia, hijos o hermanos unas 900 y nos quedarán 100 para preparar lo mejor posible, algunos quizás por el camino que elegimos ni siquiera lleguemos a tener la propiedad de el 10% de nuestra propia vida para hacer lo que realmente nos apasione, y es ahi , es en esa relación donde el ese delirio, esa fascinación del logro culminado, incrementa exponencialmente.

Entonces, todos lo hacemos porque nos arrebata, nos lleva a un lugar desconocido por la mayoría y nos da segundos, si, solo segundos en toda una vida. Donde sabes que no importa lo que pase, no importa quien te vea, sabes para ti, que tu existencia trascendió y aunque solo sea tu ego hablando, eres inmortal.

Vida Ultra

Mike

Terco por necesidad

La chingada, el payaso, la v***a, el carajo, el tren, la que me trajo. A todos nos ha llevado alguno de estos personajes muy mexicanos que suelen aparecese en nuestros peores momentos, particularmente ahora, después de los complicados 18 meses que hemos vivido y en donde a la gran mayoría de la gente nos hemos mantenido en una cuerda floja ya muy frágil y delgada que apenas nos sostiene, pero a veces en secreto deseamos que de una vez por todas ya se rompa.

Pocas veces me atrevo a generalizar, y aunque se que hay gente que esta pandemia le cayó de maravilla, por la naturaleza de su trabajo o negocio, para la gran mayoría ha sido un torbellino de experiencias y emociones sin precedentes y que desde hace meses parece que está por terminar, solamente para tomar fuerza una y otra vez haciendo que los ánimos se encuentren cada vez mas frágiles.

Particularmente, yo he pasado por tantas etapas, tantas emociones y mi mente se ha mantenido en un constante ir y venir de pensamientos que aunque busco que sean positivos, constantemente chocan con los catastróficos y hoy mi cuerpo en general se siente destrozado, no de manera figurada, tengo dolores, achaques, contracturas y espasmos que no conocía y que hoy parecen aparecer uno nuevo mes a mes.

No es para tirarme al drama, se que ya no soy tan joven y algunas de estas dolencias son causa normal de la edad, pero se que hay otras que, probablemente, si mi vida no hubiera tenido un cambio tan drástico como el que estamos viviendo, no existirián, y no olvidemos ese miedo o presión actual que todos tenemos por no enfermarnos, no quejarnos, no tener síntoma alguno de nada, porque un simple estornudo o dolor de cabeza te puede convertir en el enemigo #1 de los que se encuentran a tu alrededor.

Todo era risas y diversión

Ya se que si un psicólogo o psiquiatra está leyendo esto quizás ya me anden diagnosticando, pero bueno, es de dominio popular el conocimiento de que mi cerebro nunca ha trabajado bajo los parametros de lo que se considera normal, y aunque quizás necesite más que terapia para entenderme, el primer paso sería desearlo y hasta el dia de hoy, me niego a ser normal. Es precisamente ese tornillo faltante en mi cabeza, esa terapia de electroshock que nunca me dieron o esos coscorrones que la maestra Sara me daba en 3ro de primaria los que me llevan a ponerme una vez más un reto para el que se que no tengo el talento físico para lograrlo de manera holgada o sobresaliente, pero si la cabeza y la necesad para volver a aventarme como gordo en tobogán, esperando que los astros se acomoden y que «me salga» la locura que tengo en mente.

Pareciera que este blog fuera solamente un resumen, un desahogo o un salto de una a otra de mis competencias, y, aunque nunca fué esa la intención inicial, ese mismo stress del que me quejaba al principio es el que me aleja constantemente de 2 de mis grandes pasiones, leer y escribir. Esto es irónico, ya que sin ser nada extraordinario, creo que tengo un poco mas de talento en estas artes que en mis habilidades deportivas o emprendedoras, sin embargo, el impacto que suelo causar en la gente es totalmente a la inversa, primero el deporte, después el emprendeurismo, y al final todo mi desmadre artístico.

Mis últimos kilometros en el Non Stop

«Organiza tus prioridades», «Primero lo que deja y después lo que apendeja», «Enfócate en una cosa a la vez» y muchos grandes consejos como esos recibo constantemente, sin embargo no es tan sencillo, gente como yo no puede, simplemente no puede ser funcional si su mente y su vida no está desbordada de responsabilidades y actividades, creí que era problema mio, creí que me autoengañaba para justificarme, pero afortunadamente las redes y el ser tan abierto con estos temas me han permitido ir descubriendo que no soy el único y que no es precisamente malo, simplemente debo mantener en mente que todo es cíclico y que en algún momento volverá la paz y recargaré energia para cuando el caos vuelva a la vida.

La última vez que escribí aqui me dirigía al Ultra Non Stop, al que le tenía (y le sigo teniendo) todas las ganas y que desafortunadamente decidí no terminar, hoy me di cuenta que ni siquiera reseña de mi fracaso hubo, porque no lo sentí como tal, fué algo que sentí en el momento y no sé, ni sabré exactamente la razón de porque lo hice, pero sabía que no tenía que continuar y que habría otra oportunidad mas adelante. No soy religioso ni creo en esoterismo, no lo veo como una señal divina ni del universo, pero si lo siento como si mi yo del futuro o un glitch en la Matrix me hubiera dado esa señal.

Hoy nuevamente me encuentro a exactamente 2 meses del UltraMX, mi evento favorito, el que ya está agendado año con año hasta que me aburra y del que espero una vez más lograr cruzar la meta, pero también quería subirle una rayita al reto, quería ponerme frente a algo que nuevamente me parezca imposible de alcanzar y que haga que mi cuerpo, mente y espíritu una vez más se mantengan al borde de las sensaciones. Es por eso que elegí hacer un mes antes un Quíntuple Ironman, para calmar mi mente, para demostrarle una vez más a mi cuerpo que si él decidió llenarme de achaques y a mi cerebro que decidió desbordarme de stress, ansiedad y miedo, se metieron con el cabrón equivocado.

Se me hizo fácil

Quizás falle, quizás lo logre, quizás me fortalezca como lo tengo planeado para llegar a enfrentar el UltraMX de una mejor manera, o llegue bien madreado. Todo puede pasar y eso es justo lo que algo dentro de mi pide, llevarme a un nuevo límite que destrabe mi cerebro, me saque de la comodidad, de lo conocido y me permita equilibrarme nuevamente.

Si, ya sé que hay otras maneras. Pero esta es la mia y es la mas chingona del mundo.

#VidaUltra

Mike

Ganando confianza

¿La confianza nace o se hace? Sabemos que no siempre la tenemos, que a veces nos avienta a lograr cosas que ni en nuestra imaginación eran posibles y muchas otras nos pone freno de mano. Confiamos o desconfiamos de la gente que nos rodea, amigos, familia, compañeros de trabajo, nuestros políticos, de quien nos vende por internet y sobre todo, de nosotros mismos.

Han pasado ya muchos meses, quizás años en los que no tenia esa autoconfianza de poder compartir mis pensamientos con el pequeño mundo que me lee, y no solamente aqui, tengo libros a medio empezar, las rutinarias cartas que escribia a mis hijos se detuvieron y un fuerte bloqueo creado con una mezcla de incertidumbre, ansiedad y miedo me han tenido contra las cuerdas ya buen rato.

Sin embargo, estoy aqui una vez más, siendo ese cliché del ave fénix que renace, con ese toque de pseudo influencer motivador que dice «Here I go again», y para los más jóvenes digamos que tengo una ligero toque de #empoderado.

Aunque seguramente hay mucha gente allá afuera con una gran inteligencia emocional a la que el último año no le haya generado ningún conflicto, la gran mayoria, los mas humanos, los mas imperfectos, si están vibrando en la misma frecuencia, y no es la más positiva precisamente, es una vibración que sí está cargada de la esperanza de saltar a una mejor situación, pero con una receta que hoy lleva dosis mayores de incertidumbre, miedo, mucho cansancio y que de tanto vibrar, hoy ya solamente queda una muy ligera pizca de paciencia, prácticamente queda únicamente el olor de este valioso ingrediente.

Nunca hemos sabido lo que nos espera, el futuro siempre ha sido ese fascinante enigma que al mismo tiempo causa incertidumbre, el futuro es esa zanahoria al frente de la humanidad que ha permitido la evolucion, fomenta la creatividad, la competitividad y siendo objetivos, es lo que hace que las cosas pasen. Tenemos una extraña necesidad de querer saberlo con antelación, pero últimamente las cosas han cambiado, sigue igual de incierto que siempre, pero en nuestro inconciente sabemos que uno de los escenarios puede llegar a tener un desenlace mas pronto de lo que estábamos acostumbrados a pensar y mas dramático, hoy casi todo ser humano, ha llegado a pensar en algún momento de los últimos meses en lo que pocas veces pensamos seriamente, nuestra propia muerte.

Y bueno, con esta incertidumbre tan real que vivimos ¿como no hemos de perder confianza? Pareciera que a pesar de llevar años preparándonos para ser resilientes y unos expertos en vencer la adversidad, una simple dosis de realidad nos vino a mostrar que no todos somos tan inquebrantables como nos repetíamos.

Pero al final, no todo puede ser tan malo, porque la única realidad comprobada es, que nada es permanente, y así como todo parecía perdido en algún momento, hoy muchos comenzamos a ver una pequeña luz al final de un tunel que parecía no tener fin, eso detona nuevamente ese instinto de superviviencia y ganas de comerse al mundo que inyectan una autoconfianza que parecía haber desaparecido.

No vale la pena ni siquiera pensar cuanto tiempo va a durar, esa valiosa lección espero mantenerla siempre presente y recordarme todos los dias que planear de más tu futuro puede ser algo absurdo, inútil, casi rayando en la inocencia.

Hoy tengo confianza de que comenzar de cero no es tan malo como parece y que siempre se puede sacar algo muy positivo de una experiencia muy negativa. Aprendí que se necesita tener un estómago muy resistente para lograrlo (literal, mi gastritis lo confirma) y que no hay mayor enemigo que nuestros propios pensamientos. ¿Quién iba a pensar que tantos clichés tomarían sentido en tan poco tiempo y que a pensar de estar atravesando uno de los peores escenarios de la humanidad, siempre hay motivos para volver a motivarnos y confiar en que vale la pena luchar y vale la pena sobrevivir para seguir aprendiendo a vivir.

Mike

#VidaUltra

La normalidad que no regresa

Ya estamos 17 dias dentro del 2021, el año que guarda la esperanza de muchos, de que la(s) crisis que existe(n) en el mundo comenzarán a tranquilizarse y la normalidad poco a poco regresará. Pero, en realidad ¿queremos regresar?

Quien me conoce sabe que soy bastante incrédulo y pragmático, me cuesta escuchar o leer algo y aceptarlo sin antes cuestionarlo por todas las aristas posibles, y, si bien eso me ha ayudado a lograr muchas cosas positivas, también me obliga a vivir en una especie de paranoia que a veces cansa, sobra decir que en una situación como la que vivimos suele ser aun mas desgastante el buscar la respuesta alterna que quizás no existe, pero mi mente siempre busca. Si fuera tan sencillo como elegir la píldora roja y simplemente conocer una verdad que ya existe y simplemente desconozco, definitivamente lo haría.

Sin embargo nada cambia, la vida continúa con la misma historia que hemos venido viviendo por meses hasta el punto en el que me doy cuenta que lo he vivido como si fueran los 7 pasos del duelo, he negado mi realidad, me he encabronado mas veces de las que debería y asi hasta estar en un punto en el que ya he aceptado que la situación dificilmente volverá a la normalidad que conocía, y ahora quizás ni siquiera sé si lo deseo.

Y es que en este año que ha pasado he visto desmoronarse con total impotencia cosas que consideraba importantes en mi vida que hoy me doy cuenta que a pesar de todo con la actitud correcta y el enfoque objetivo, lo que parecía el fin, fué solo una oportunidad de un nuevo comienzo.

No estoy diciendo que ya todo quedó atrás, que encontré respuesta a todos los problemas y mi vida va viento en popa, todo lo contrario, hay tantas cosas que están tan de la chingada que al final no queda de otra mas que seguir esforzándose en crear nuevas oportunidades y dejar de aferrarse a lo que en algún momento parecía ser el epicentro de todo. Pasa el tiempo y te das cuenta que la intuición es mucha mejor aliada en situaciones donde se necesita tomar deciciones críticas y las respuestas, las personas y las oportunidades correctas dejas de perseguirlas y poco a poco comienzan a resaltar en el panorama y algunas incluso, se acercan a ti.

Hay muchas cosas que quiero que vuelvan a la normalidad, por el bien de mi familia, de mi negocio, de toda la gente que en realidad se parte la madre trabajando y haciendo de este un mejor mundo. Pero también, este momento en el que todo está peor que nunca y que a la vez se ve un destello al final del tunel, es el momento de tomar deciciones clave en nuestra persona sobre que podemos hacer mejor una vez que esto termine.

En mi caso, creo que le he dado un significado y valor sumamente diferente a la libertad de poder ir y hacer lo que te de la gana, el poder respirar libremente sin un pedazo de tela en la cara, poder jugar con mis hijos en un parque sin tener que estar cuidando lo que tocan y que continuen con esa niñez en la que saben que son libres de revolcarse en la tierra o saltar en los charcos, o poder pasar tiempo con mis padres y hermanos sin pensar que eso pueda representar un riesgo para alguien, vaya que cosas tan simples que dábamos por hecho y a veces hasta daban hueva, hoy se extrañan.

Hay muchas otras que hoy se que puedo hacerlas mejor que antes, y que sin éste golpe duro de realidad jamás lo hubiera notado, jamás hubiera puesto un alto a conductas o pensamientos que no aportaban nada y sobre todo, no hubiera aprendido a darle el tremendo valor que tiene cada segundo que seguimos aqui.

Lo único que tienes es el ahora

¿Que viene? Nadie lo sabe, pero estoy seguro que no importa lo que venga, mi mente y mi actitud están listos para enfrentar esta nueva etapa que comienza con una humanidad mas polarizada, pero más despierta, con nuevas habilidades, experiencias y sin duda con nuevos traumas, pero valorando lo que mas importa y lo único seguro que cada uno tiene.

El ahora.

Vida Ultra